
La característica de esta versión de APEC celebrada en el Perú, es sin lugar a dudas, el optimismo de los 21 países que la integran para enfrentar el panorama complicado que se vive en la actualidad.
En horas de la mañana, el presidente del Perú, Alan García, en su participación en el APEC CEO SUMMIT, postuló la idea de que el mundo atraviesa una crisis de crecimiento, debido al nuevo cambio de paradigma de producción, caracterizado por la importancia que ha tomado la informática y la revolución de la comunicación.
La firma de acuerdos bilaterales, la promesa del inicio de negociaciones de Tratados de Libre Comercio con dos economías importantes asiáticas, como Corea del Sur y Japón, y la culminación de negociaciones China - Perú, son una constante en el desarrollo de APEC 2008. La declaración realizada por el canciller chileno Foxley refuerza esa tendencia, ampliar el acuerdo P4 a un potencial P7 que convertiría al Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica Estratégica en el primer paso para un Tratado de libre Comercio de Asia Pacifico.
Los protagonistas de APEC 2008 quieren dejar un mensaje sólido al mundo, el apoyo a reforzar los lazos de cooperación e integración y la oposición al intervencionismo como solución de la crisis.
El discurso de García transmite en su contenido, la tranquilidad y el optimismo en la que los países del Latinoamérica afrontan a la crisis, muy distinto a la percepción de los países del norte.
Si bien es cierto la participación del estado es importante también es la nueva concepción de responsabilidad social empresarial, dirigida al público interno que los CEO habían descuidado por mucho tiempo. Procurar ampliar la producción generando empleo sostenible es realizar una responsabilidad social efectiva.
Tanto el estado como los empresarios tienen la oportunidad de replantear la concepción del paradigma capitalista contemporáneo, al vivir en tiempos postmodernos, es imprescindible que las empresas estén a la par de la velocidad en que el nuevo objeto de producción se encuentra. Afrontar con un espíritu emprendedor la crisis producirá confianza en la inversión privada y abrirá nuevas ventanas estratégicas que favorezcan a la calidad de vida de las personas.
Foto: Mylene D’Auriol/Promperú
No hay comentarios:
Publicar un comentario