Johan y Esther tenían una vida como cualquier otra, su familia y la rutina eran sus más cercanos testigos, ellos y la luz que los rodeaba.
El reloj de su casa sonaba sin cesar como recordando que el tiempo aparentemente no tiene descanso y no existiría ninguna pausa para esa realidad que se les presentaba.
Una familia regida por normas y tradiciones, la religión y su cercanía con Dios se manifestaba en todo momento, incluso, cuando se develaba el problema que los agobiaba. Johan no sabia si quedarse con Esther, su esposa, o Marianne, su mujer natural.
Carlos Reygadas nos presenta en su trabajo un contraste entre el hombre y su entorno representado por el sonido. Y la luz o el silencio que eran el símbolo de lo sobrenatural, que actúa como testigo, el observador de las decisiones que se tomaban una a una a lo largo de la trama.
Podría decir que las actuaciones de cada uno de los que participaron fueron extremadamente naturales, jugando con la misma simpleza en la que se proponían las tomas, una narración sin apresuramientos y siguiendo su propio ritmo.
El dilema en el que se encontraba Johan causo la muerte de su mujer, que murió de amor en la lluvia, cuando la luz se alejaba aparentemente, es que como dice Marianne antes del amor esta la paz y la vida de Esther no tenía paz.
Finalmente la escena mas relevante a mi criterio es cuando Esther se encuentra rodeada por una luz, todo el cuarto estaba cubierto por una luz blanca que aseguraba que ella se encontraba ahí pero que muy pronto dejaría de estarlo. Marianne entra, la observa, le da un beso y conversa aparentemente con el espíritu de Esther que preocupada aún por su esposo se lamenta; Sin embargo Marianne le dice que ella estará con él, solo las niñas pueden ver el espíritu de su madre y cuando ella se da cuenta que su esposo estará bien solamente ahí los deja, representada por esa mariposa que sale de la ventana y se va a la luz.
Se escucha todavía el ruido de la tierra, el nexo con la vida hasta que todo se vuelve negro y solamente se ve la luz y el inicio de un nuevo día.
Foto: Fernando Tobar (Argentina)
El reloj de su casa sonaba sin cesar como recordando que el tiempo aparentemente no tiene descanso y no existiría ninguna pausa para esa realidad que se les presentaba.
Una familia regida por normas y tradiciones, la religión y su cercanía con Dios se manifestaba en todo momento, incluso, cuando se develaba el problema que los agobiaba. Johan no sabia si quedarse con Esther, su esposa, o Marianne, su mujer natural.
Carlos Reygadas nos presenta en su trabajo un contraste entre el hombre y su entorno representado por el sonido. Y la luz o el silencio que eran el símbolo de lo sobrenatural, que actúa como testigo, el observador de las decisiones que se tomaban una a una a lo largo de la trama.
Podría decir que las actuaciones de cada uno de los que participaron fueron extremadamente naturales, jugando con la misma simpleza en la que se proponían las tomas, una narración sin apresuramientos y siguiendo su propio ritmo.
El dilema en el que se encontraba Johan causo la muerte de su mujer, que murió de amor en la lluvia, cuando la luz se alejaba aparentemente, es que como dice Marianne antes del amor esta la paz y la vida de Esther no tenía paz.
Finalmente la escena mas relevante a mi criterio es cuando Esther se encuentra rodeada por una luz, todo el cuarto estaba cubierto por una luz blanca que aseguraba que ella se encontraba ahí pero que muy pronto dejaría de estarlo. Marianne entra, la observa, le da un beso y conversa aparentemente con el espíritu de Esther que preocupada aún por su esposo se lamenta; Sin embargo Marianne le dice que ella estará con él, solo las niñas pueden ver el espíritu de su madre y cuando ella se da cuenta que su esposo estará bien solamente ahí los deja, representada por esa mariposa que sale de la ventana y se va a la luz.
Se escucha todavía el ruido de la tierra, el nexo con la vida hasta que todo se vuelve negro y solamente se ve la luz y el inicio de un nuevo día.
Foto: Fernando Tobar (Argentina)

2 comentarios:
buena con el blog Carlitos!!!
Luz silenciosa nos muestra ... un gusto por el "detalle" y usa cómo medio lo redundante y a la misma lentitud.
Una pelicula no apta, definitivamente, para las personas impacientes muy condicionadas al mundo de los 24 cuadros por segundo...
Buen blog Carlos... aunque no lo creas paso por estos lares muy seguido =)~~
Publicar un comentario