Uno de los retos de los últimos años para los que conducen la toma de decisiones en nuestro país, es generar un desarrollo sostenible que nos permita crecer como sociedad.
Muchos de los protagonistas de esos cambios, aquellos responsables por desarrollar una plataforma de formación de capacidades y creación de oportunidades se pregunta todos los días como realizarlos.
Vivimos en una sociedad llena de paradigmas de patrones de comportamiento que marcan nuestra manera de comprender la realidad. Humberto Maturana los denominaría aquellos que viven en la exigencia, esa que produce sufrimiento por la constante negación. Una sociedad de patrones patrísticos y en donde las expectativas producen la necesidad de poseer el control de las situaciones, y la herramienta para ello es el poder.
Es así que nuestros líderes diseñan estrategias para controlar todo. Y por ello la presencia de modelos totalitarios que han marcado nuestra historia con lamentables consecuencias.
La propuesta de los últimos años sin embargo nos abre una ventana estratégica llena de oportunidades. El país está creciendo sosteniblemente y se está realizando una continuación de la política del gobierno anterior.
La educación, el trabajo digno, el no exportar bienes primarios sino generar exportaciones de productos con valor agregado, son factores que sin lugar a dudas el Estado debe tomar como prioridad; pero debemos mejorar cada uno de los procesos que intervienen en la ejecución de las planeaciones que garantizan el desarrollo sostenible tan esperado.
Debemos alejar falsas expectativas que puedan generar una sensación de frustración al no verse cumplidas y plantearnos objetivos realistas con indicadores cuantificables que puedan garantizar un seguimiento y una evaluación del proceso. Además el no generar frustración nos permitirá desterrar la idea del control absoluto y la competencia excesiva y poco saludable.
Tenemos que generar un intento por desterrar de nosotros y de nuestros actos soluciones a los problemas por intermedio de la negación y la crítica a los individuos. Alejar pensamientos de autosuficiencia y etnocentrismos que no colaboran con fortalecer valores como la asertividad y la convivencia.
Vivir en la tolerancia y en el entendimiento de las circunstancias que nos rodean nos permitirá poseer un visión mas saludable de la resolución de los problemas que tenemos cerca y así poder fortalecer esa plataforma que tanto nos hace falta para empezar a desenvolvernos en una sociedad saludable tanto para nosotros mismos como para nuestros hijos.
Muchos de los protagonistas de esos cambios, aquellos responsables por desarrollar una plataforma de formación de capacidades y creación de oportunidades se pregunta todos los días como realizarlos.
Vivimos en una sociedad llena de paradigmas de patrones de comportamiento que marcan nuestra manera de comprender la realidad. Humberto Maturana los denominaría aquellos que viven en la exigencia, esa que produce sufrimiento por la constante negación. Una sociedad de patrones patrísticos y en donde las expectativas producen la necesidad de poseer el control de las situaciones, y la herramienta para ello es el poder.
Es así que nuestros líderes diseñan estrategias para controlar todo. Y por ello la presencia de modelos totalitarios que han marcado nuestra historia con lamentables consecuencias.
La propuesta de los últimos años sin embargo nos abre una ventana estratégica llena de oportunidades. El país está creciendo sosteniblemente y se está realizando una continuación de la política del gobierno anterior.
La educación, el trabajo digno, el no exportar bienes primarios sino generar exportaciones de productos con valor agregado, son factores que sin lugar a dudas el Estado debe tomar como prioridad; pero debemos mejorar cada uno de los procesos que intervienen en la ejecución de las planeaciones que garantizan el desarrollo sostenible tan esperado.
Debemos alejar falsas expectativas que puedan generar una sensación de frustración al no verse cumplidas y plantearnos objetivos realistas con indicadores cuantificables que puedan garantizar un seguimiento y una evaluación del proceso. Además el no generar frustración nos permitirá desterrar la idea del control absoluto y la competencia excesiva y poco saludable.
Tenemos que generar un intento por desterrar de nosotros y de nuestros actos soluciones a los problemas por intermedio de la negación y la crítica a los individuos. Alejar pensamientos de autosuficiencia y etnocentrismos que no colaboran con fortalecer valores como la asertividad y la convivencia.
Vivir en la tolerancia y en el entendimiento de las circunstancias que nos rodean nos permitirá poseer un visión mas saludable de la resolución de los problemas que tenemos cerca y así poder fortalecer esa plataforma que tanto nos hace falta para empezar a desenvolvernos en una sociedad saludable tanto para nosotros mismos como para nuestros hijos.

1 comentario:
Con eso de no hacerse expectativas te refieres a ser mediocre, en otras palabras habria que haberle dicho a Lance Armstrong que no se haga falsas expectativas de un titulo de ciclismo. No se como seras tu pero no quiero que mi país sea mediocre.
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